Retomemos un gran disco gótico que tenía un poco apartado pese a conocerlo desde hace bastantes años. Estos polacos de vikingo nombre han sido un poco inquietos en su trayectoria, moviéndose desde el Gothic-Doom de sus inicios hasta el Black Sinfónico moderno de su último disco, siempre manteniendo un toque personal en común en sus discos porque tienen buena mano para las sinfonías.
Para este álbum en concreto, el segundo en su discografía y lanzado en 2000, dinamizaron el Gothic-Doom de su debut de 1998 hacia una especie de Gothic-Black. Aunque de Black Metal tiene realmente poco en esas guitarras y baterías, y se asemeja mucho más a esos grupos góticos con consistencia y voces rasgadas, como por ejemplo los portugueses Eternal Mourning.
En ese aspecto, en cuanto a ritmos y guitarras, son bastante estándar y no hay mucho de especial, pero donde sí se lucen es con los teclados, combinando como pocos el lustroso romanticismo gótico con la majestuosidad de los grupos noruegos de Black Sinfónico.
De este modo podemos oír un órgano que encajaría en un grupo sinfónico blacker, y luego disfrutar de la colaboración esporádica de una violinista que deja en algunos temas la fragancia gótico-doomster que es tan de agradecer. Otro detalle digno de mención son las atmósferas como de vals excéntrico de las que Arcturus eran el vivo ejemplo.
Ya que menciono a Arcturus, estos Asgaard en su interpretación vocal eran muy teatrales. Ésta es íntegramente masculina, con una rasgada acompañada por unas claras y profundas muy góticas.
Si te gusta el Gothic con voces rasgadas, profusión sinfónica y maridaje entre romanticismo y fastuosidad astral, hazte con este álbum, que ya sabemos que los polacos son expertos en estas artes, además de tener en cuenta despliegues teatrales como el de los españoles The Bleeding Sun.
Para este álbum en concreto, el segundo en su discografía y lanzado en 2000, dinamizaron el Gothic-Doom de su debut de 1998 hacia una especie de Gothic-Black. Aunque de Black Metal tiene realmente poco en esas guitarras y baterías, y se asemeja mucho más a esos grupos góticos con consistencia y voces rasgadas, como por ejemplo los portugueses Eternal Mourning.
En ese aspecto, en cuanto a ritmos y guitarras, son bastante estándar y no hay mucho de especial, pero donde sí se lucen es con los teclados, combinando como pocos el lustroso romanticismo gótico con la majestuosidad de los grupos noruegos de Black Sinfónico.
De este modo podemos oír un órgano que encajaría en un grupo sinfónico blacker, y luego disfrutar de la colaboración esporádica de una violinista que deja en algunos temas la fragancia gótico-doomster que es tan de agradecer. Otro detalle digno de mención son las atmósferas como de vals excéntrico de las que Arcturus eran el vivo ejemplo.
Ya que menciono a Arcturus, estos Asgaard en su interpretación vocal eran muy teatrales. Ésta es íntegramente masculina, con una rasgada acompañada por unas claras y profundas muy góticas.
Si te gusta el Gothic con voces rasgadas, profusión sinfónica y maridaje entre romanticismo y fastuosidad astral, hazte con este álbum, que ya sabemos que los polacos son expertos en estas artes, además de tener en cuenta despliegues teatrales como el de los españoles The Bleeding Sun.
2 comentarios:
Excelentes teclados sí, pero las voces limpias lo matan :(
Link caido
Publicar un comentario