Me encantan las buenas recomendaciones de Black Metal inesperadas, vehículo que me ha descubierto el debut de 1999 de estos holandeses cuyo nombre sólo me sonaba de algún catálogo.
El alma mater de este grupo asegura en una entrevista algo que me ha llamado la atención, lo mucho que le inspiró para crear música el haber escuchado el EP “First Spell” de Gehenna. Ya comprobaréis al escuchar este álbum esa remota influencia.
Otro tema que fuertemente alimenta esta música es la guerra, algo que se advierta de primeras y no sólo viendo la portada, pues desde el primer corte ya desprende la oscuridad del lado más macabro y horrendo de la Edad Media.
Comienza la atrocidad del campo de batalla (lo que significa precisamente “Strijd”: batalla) con baterías programadas y unas guitarras con una distorsión deliciosamente repulsiva, muy a la antigua usanza y los ecos de las viejas bandas no resuenan en vano. Agregan ocasionales teclados que gestan ese sentimiento medieval, como con el órgano del primer tema y esos sintetizadores épicos que llevan impresa la huella de bandas como Satyricon o Abigor, junto a otros detalles como el piano de la segunda canción.
El alma mater de este grupo asegura en una entrevista algo que me ha llamado la atención, lo mucho que le inspiró para crear música el haber escuchado el EP “First Spell” de Gehenna. Ya comprobaréis al escuchar este álbum esa remota influencia.
Otro tema que fuertemente alimenta esta música es la guerra, algo que se advierta de primeras y no sólo viendo la portada, pues desde el primer corte ya desprende la oscuridad del lado más macabro y horrendo de la Edad Media.
Comienza la atrocidad del campo de batalla (lo que significa precisamente “Strijd”: batalla) con baterías programadas y unas guitarras con una distorsión deliciosamente repulsiva, muy a la antigua usanza y los ecos de las viejas bandas no resuenan en vano. Agregan ocasionales teclados que gestan ese sentimiento medieval, como con el órgano del primer tema y esos sintetizadores épicos que llevan impresa la huella de bandas como Satyricon o Abigor, junto a otros detalles como el piano de la segunda canción.
En uno de los temas aparecen unas voces claras a lo épico, ya que hablo de esos detalles, pero la voz principal blacker que nos guía por este CD es algo que me personalmente me encanta; un chirrido desgarrado como una bestia ciega que depreda en los residuos de la humanidad, buena voz para semejante derramamiento de sangre.
A veces suenan un poco extraños, tal vez por la batería o por lo curioso de las guitarras y teclados, pero no se podría decir que sea un disco bizarro, de hecho gustará a fans de lo añejo con buenas dosis atmosféricas.
Tal como leí en “El sol de Breda”: A veces, Dios parece saciado. Entonces, ahíto de dolor y sangre, mira para otro lado y descansa.
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