Rusia sigue agasajándome con bandas de primera, y por ello debo ahora dar a conocer un poco este gran debut de Gothic-Doom del año pasado, que es sin duda uno de los lanzamientos más interesantes del 2008; no ha estado nada mal el repertorio doomster de ese año, no me puedo quejar desde luego.
Comprobaremos que,aunque sea una banda reciente, su sonido bebe muchísimo de la fuente de los antiguos Theatre of Tragedy. Al igual que la banda noruega tienen un componente Doom muy pronunciado, que por momentos nos recordará con no poco regocijo a esas bandas británicas de Doom Metal que todos conocemos.
Uno de los rasgos más clásicos de su estilo que poseen es el típico dueto vocal, con una brutal gutural que encuentra su antítesis en la melancólicamente delicada voz femenina, sin que ninguna de esas dos voces se lleve el protagonismo en detrimento de la otra.
El vocalista gutural se hace cargo también de las guitarras, que son bien pesadas y crujientes a la manera doomster. Los ritmos son tres cuartas partes de lo mismo, con una lentitud uniforme a lo largo de todo el disco, excepto unos pocos medios tiempos y momentos más ambientales en que la música se torna más ligera de forma casi celestial.
Y no podían faltar los teclados, por supuesto, entre los que predominan unos pianos que son de los mejores que he escuchado en mucho tiempo. Estos pianos dirigen la intro y la instrumental final del álbum, que se queda en cuatro canciones reales si excluimos también la instrumental que aparece a mitad del disco. Pero estas canciones son tan largas como podemos esperar de una banda de este estilo, así que no se hace corto precisamente.
He aquí una prueba más de que después de todo siguen apareciendo cosas interesantes en un estilo que cada vez parece más sepultado en una escena donde impera la repostería. Será un buen manjar para amantes del Gothic Metal más doomie y del Doom más romántico.
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