Voy a variar un poco por hoy en cuanto a estilo musical, dejando de lado de momento no sólo el Black Sinfónico, porque tampoco voy a tratar un álbum de Doom ni de Pagan, sino de Death Metal, ese estilo del que no domino apenas y me gustan contados grupos (o discos más bien).
Además lo hago con un disco de Italia, ese país de mis antepasados del que tanto me gustan sus grupos de Black Sinfónico; y no es coincidencia que este disco fuese editado en 1999 por Scarlet, el mismo sello que lanzó el único disco de Art Inferno y tres de Stormlord. No es por tanto extraño que la fuente utilizada para el título del CD, títulos de canciones como “Fallen Winter” y, sobre todo, la crepuscular portada no parezcan desde luego de un álbum de Death Metal, pero resulta que ése es el estilo practicado.
La verdad es que llamar simplemente Death Metal a estos italianos es ser bastante inexacto, incluso también si los llamamos Death Melódico a lo Göteborg, pues incorporan moderadas influencias del Black Metal y sutiles toques de Doom Metal; pero de manera coherente e integrada, no del tipo resultante en una mezcolanza inconsistente ni sin aproximarse a terrenos progresivos.
La primera vez que tuve constancia de su existencia, hace ya varios años, los vi definidos como una especie de Death Melódico a lo Dark Tranquillity combinado con At The Gates y Morbid Angel, y no me parece mal punto de partida, pero yo le añadiría como os dije el punto de Black y Doom. El Black Metal lo podemos identificar en el uso voces rasgadas junto a las guturales principales y esas partes que me remiten a los momentos épicos del “At the heart of Winter” de Immortal, y ciertas canciones tienen ramalazos de Doom-Death del tipo más contundente y machacón que depresivo, con una pizca de melancolía.
Además lo hago con un disco de Italia, ese país de mis antepasados del que tanto me gustan sus grupos de Black Sinfónico; y no es coincidencia que este disco fuese editado en 1999 por Scarlet, el mismo sello que lanzó el único disco de Art Inferno y tres de Stormlord. No es por tanto extraño que la fuente utilizada para el título del CD, títulos de canciones como “Fallen Winter” y, sobre todo, la crepuscular portada no parezcan desde luego de un álbum de Death Metal, pero resulta que ése es el estilo practicado.
La verdad es que llamar simplemente Death Metal a estos italianos es ser bastante inexacto, incluso también si los llamamos Death Melódico a lo Göteborg, pues incorporan moderadas influencias del Black Metal y sutiles toques de Doom Metal; pero de manera coherente e integrada, no del tipo resultante en una mezcolanza inconsistente ni sin aproximarse a terrenos progresivos.
La primera vez que tuve constancia de su existencia, hace ya varios años, los vi definidos como una especie de Death Melódico a lo Dark Tranquillity combinado con At The Gates y Morbid Angel, y no me parece mal punto de partida, pero yo le añadiría como os dije el punto de Black y Doom. El Black Metal lo podemos identificar en el uso voces rasgadas junto a las guturales principales y esas partes que me remiten a los momentos épicos del “At the heart of Winter” de Immortal, y ciertas canciones tienen ramalazos de Doom-Death del tipo más contundente y machacón que depresivo, con una pizca de melancolía.
Este álbum es bastante versátil, con agradable variación dentro de las mismas canciones, pasando de pesadez deathmetalera con baterías rápidas a momentos más melódicos, medios tiempos, partes lentas y algunos detalles como acústicas o el piano del tema “Between the sands” (lástima que no nos ofrecieran más momentos así). Pero sin resultar extraño, pues como dije no es uno de esos grupos que al final no sabes a qué suenan exactamente.
Y es que la producción les hace justicia, porque pese a no ser la más limpia del mundo es capaz de hacer que el disco suene potente y poderoso. Y, ya que uso el adjetivo poderoso, las voces bien pueden ser definidas así, porque su vocalista es poseedor de una ronca gutural con matices rasgados y unas buenas rasgadas a lo blacker.
No puedo acabar sin destacar la melancólica portada, que me encanta, con ese pétreo dios mediterráneo (por el pelo creo acertar si digo que es Poseidón) con el ocaso de fondo, como si contemplara el fin de su reinado. Así como tampoco puedo pasar por alto comentar lo baratísimo que es conseguir el disco original por internet. Buen provecho si te gustan los discos con melodía y buenos temas.
Y es que la producción les hace justicia, porque pese a no ser la más limpia del mundo es capaz de hacer que el disco suene potente y poderoso. Y, ya que uso el adjetivo poderoso, las voces bien pueden ser definidas así, porque su vocalista es poseedor de una ronca gutural con matices rasgados y unas buenas rasgadas a lo blacker.
No puedo acabar sin destacar la melancólica portada, que me encanta, con ese pétreo dios mediterráneo (por el pelo creo acertar si digo que es Poseidón) con el ocaso de fondo, como si contemplara el fin de su reinado. Así como tampoco puedo pasar por alto comentar lo baratísimo que es conseguir el disco original por internet. Buen provecho si te gustan los discos con melodía y buenos temas.
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