domingo, 28 de febrero de 2016
SCARLET MOON - Delight And Suffering
El nombre de la banda, el título del CD, la portada... todo apunta a que será un álbum para escuchar con una copa de vino.
Estos polacos tienen un recorrido aún reciente y fresco pero les ha dado tiempo de editar cuatro álbumes desde el 2010, aunque ciertamente variopintos con repentinos cambios de dirección. Si su debut es Black Metal bastante seco y anodino, su último trabajo del 2014 se pasa al puro Ambient de teclados, ¿qué hubo en medio de aquello? La respuesta está en sus dos discos más interesantes para mi gusto personal, donde bajo pautas más o menos similares desarrollaron un Black Sinfónico con importantes tintes de Gothic oscuro.
Este álbum, el segundo que lanzaron en 2012, es donde más me gusta esta faceta suya, combinando curiosa y llamativamente la atmósfera casi gótica con unas directrices blackers donde la crudeza no es desde luego poca.
Las guitarras y voces mantienen el estilo rudo del debut, sonando las primeras con cierta distorsión filosa sin renunciar por ello a la melodía, mientras que las voces son igual de ásperamente rasposas que en sus inicios. Esto tiene como contrapartida los teclados y las voces femeninas, que resultan acabar complementando ese esquema de Black Metal donde no faltan los acelerados blast-beats de batería, para que las canciones de sugerentes títulos adquieran la seductora atmósfera de la luna de sangre.
Normalmente los teclados lucen con una consistencia muy propia de los años 90, ese velo como de niebla matutina que filtra la primera luz solar en haces rojizos, y de cuando en cuando se tornan en esos órganos que tanto me gustan, en este caso discretos y con claro rol de acompañamiento.
Por su parte, la voz femenina es considerada aquí como un elemento atmosférico también, por lo que la comento junto a los teclados al no querer la banda darle protagonismo de diva como en tantos otros grupos. Su estilo lírico contribuye de manera muy notable a dotar al disco del ambiente voluptuoso que disfrutábamos en los viejos tiempos con Darzamat o Dismal Euphony.
Esta pasional obra dura casi una hora, tenéis solaz suficiente si os gustan las dos bandas citadas u otras como los mexicanos Belzabet.
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