Nos topamos ahora con uno de esos discos tan difíciles de catalogar... Oneiros es un grupo alemán que no se corta un pelo a la hora de reunir en un solo CD todas las influencias que le gustan, aunque al menos con la fortuna de que sean estilos relacionados entre sí que no desemboquen en un disco incoherente. Pero antes de dar rodeos debatiéndolo, mejor será empezar por hablar de su sonido.
Quien los llame Black Sinfónico o Gothic Metal a secas no haría justicia, porque tienen más elementos como para ser categorizados tan fácilmente, de modo que se suele optar por la socorrida etiqueta de Dark Metal, la utilizada cuando no se sabe cómo describir algo que no suena claramente a Black, Doom o Gothic.
Como esto de las etiquetas es sólo una orientación, vamos a desgranar el asunto más cómodamente. Imaginad que tomamos un tronco más o menos de Black Sinfónico muy liviano y rebajado, con considerable dosis de Gothic Metal de dualidad vocal y razonable presencia Folk, y así es como mejor podemos hacernos a la idea.
En guitarras no es lo más blacker del mundo precisamente, pero se le nota esa influencia en muchos riffs secos y mínimamente crujientes a la manera de alfombra de hojarasca otoñal, con leves irrupciones de lejano recuerdo del Death Melódico que también puede aparecer en los ritmos, normalmente pausados y orientados a la atmósfera aunque también aceleren de cuando en cuando.
Los teclados están a caballo entre los del Black Sinfónico menos oscuro y los del Gothic más sugerente a lo Inner Shrine, habiendo un par de temas donde el órgano asume el liderazgo a la manera de los belgas Cantar; un entramado ideal para que se tejan las líneas vocales femeninas de agradable delicadez y suavidad en contrapunto a las rasgadas y casi guturales del vocalista masculino, con el remate de los toques folclóricos propios de danzas feéricas en el bosque y de la elegancia sutil del violín (nueva reminiscencia de Cantar).
El producto resultante puede gustar por igual a fans de Inner Shrine, Cantar, Serenade of Darkness, Theatre of Tragedy, Macbeth, Darzamat o Dismal Euphony.
Por suerte no han pecado de aglutinar componentes que dieran lugar a una mezcla extraña, aunque tal vez sí deberían enfocarse mejor y darle a su sonido una dirección más definida. En todo caso este CD del 2004 os va a gustar si os van los grupos mencionados.
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