Nunca dejará de gustarme subir cosas con sus buenos años a la espalda, y hoy toca uno de esos grupos sobradamente conocidos que ni necesitan ser presentados. Esta banda sueca, que poéticamente se hizo llamar "Dolor invernal", se ha hecho muy popular con el sonido moderno de sus discos recientes, y yo vengo a recordar su fresco debut "Hacia las montañas", tal como invita su portada.
Aquí tenemos a Andreas Hedlund en compañía de unos pocos invitados, entre ellos Marcus Norman de los sensacionales Naglfar, que debutó en 1998 con Napalm Records con este álbum de Black-Folk, donde el Folk domina el paisaje compositivo sobre un helado lecho de Black Metal.
Tenemos canciones tranquilas, de ritmos paganos marcados por una batería programada que afortunadamente no suena artificiosa, y una escarcha de guitarras blackers que suelen tener cierta serenidad que me recuerda un poco a otros suecos como Siebenbürgen, aunque en ciertas canciones la parte blacker adopta un poco más de prominencia crujiendo como la nieve bajo nuestros pasos por los cortados congelados, y sus colaboradores aportan unos pocos solos de guitarra.
El protagonismo del disco se lo lleva la parte vocal, sin duda, que combina voces claras con rasgadas blackers. Sobre todo aparece la voz clara, cosa que normalmente me disgustaría en otros grupos, pero en este disco impregnado de Folk me agrada, teniendo Hedlund un poderoso tono vikingo de barítono, con el añadido de cantar en sueco que hace que suene más natural y tradicional. De cuando en cuando gruñe con unas rasgadas bajas y guarras, para que no nos olvidemos del Black Metal nórdico, y en un tema concreto canta junto a una vocalista femenina (que aparece brevemente en otro tema) haciendo que parezca que escuchemos un poema escandinavo.
Aunque las voces tengan esa fuerte presencia folklórica, hay elementos que lo acaban de redondear, como unas bonitas acústicas, un poco de flauta en una canción, toques de relajante piano en algunos temas, e incluso una famosa melodía de Grieg en el primer tema que hay tras la intro.
Ahora que estamos en las estribaciones del invierno, apetece ponerse discos así, clásicos nevados de siempre, y preveo que estará genial combinarlo con el debut de Borknagar y el de Nydvind en estos días de viajes por carreteras nubladas y frías.
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