Ya que he nombrado bastante esta banda al hablar de discos con teclados propios de películas de terror de serie B, va siendo hora de dedicarle su propia entrada con el álbum que más me ha convencido del puñado que conozco entre su discografía.
A diferencia de muchas agrupaciones de Black Sinfónico de Finlandia, que transmiten el aliento de sus tundras (Vordven, Black Swan, viejos Catamenia) o agresividad sinfónica (Thyrane, Alghazanth), estos Gloomy Grim van más por el camino de las bandas sonoras de cine de terror con efectos especiales costrosos y disfraces de saldo.
Buscando ilustrar con ejemplos, es más o menos como lo que hicieron Twilight Ophera en sus inicios, Morgul a partir de su tercer disco o Tartaros.
Este Black Sinfónico poco tiene de Black, seamos claros, aunque no prescinde de contundencia en sus guitarrazos teñidos de Death europeo y baterías programadas, que suelen ir a medio tiempo pero también aceleran en algunos momentos al blasting más desquiciado.
La voz de Agathon, a quien nombro porque más de uno le conocerá por su participación en la más reconocida banda Thy Serpent, aquí es una rasgada gruñona y plana, que simplemente cumple sin pena ni gloria. Pero lo que sí es es un paso adelante con respecto a su anterior disco (el debut “Blood, monsters, darkness” de 1998) es la desaparición de esas horrendas voces femeninas tan fuera de tono que aquél incluía; en su lugar, han preferido una especie de voces a lo militar.
Todo hasta aquí no tiene nada de especial, si no fuera por los constantes teclados, que enlazan distintas líneas simultáneas de sintetizadores dando el protagonismo de las canciones a sus siniestros pianos, teclados fantasmales y efectos tales como sonidos de campanas.
Si te gustan los grupos mencionados, este segundo álbum del año 2000 de Gloomy Grim te gustará, no es nada extraordinario pero atención a quienes gocen con este tipo de atmósferas cinematográficas.
A diferencia de muchas agrupaciones de Black Sinfónico de Finlandia, que transmiten el aliento de sus tundras (Vordven, Black Swan, viejos Catamenia) o agresividad sinfónica (Thyrane, Alghazanth), estos Gloomy Grim van más por el camino de las bandas sonoras de cine de terror con efectos especiales costrosos y disfraces de saldo.
Buscando ilustrar con ejemplos, es más o menos como lo que hicieron Twilight Ophera en sus inicios, Morgul a partir de su tercer disco o Tartaros.
Este Black Sinfónico poco tiene de Black, seamos claros, aunque no prescinde de contundencia en sus guitarrazos teñidos de Death europeo y baterías programadas, que suelen ir a medio tiempo pero también aceleran en algunos momentos al blasting más desquiciado.
La voz de Agathon, a quien nombro porque más de uno le conocerá por su participación en la más reconocida banda Thy Serpent, aquí es una rasgada gruñona y plana, que simplemente cumple sin pena ni gloria. Pero lo que sí es es un paso adelante con respecto a su anterior disco (el debut “Blood, monsters, darkness” de 1998) es la desaparición de esas horrendas voces femeninas tan fuera de tono que aquél incluía; en su lugar, han preferido una especie de voces a lo militar.
Todo hasta aquí no tiene nada de especial, si no fuera por los constantes teclados, que enlazan distintas líneas simultáneas de sintetizadores dando el protagonismo de las canciones a sus siniestros pianos, teclados fantasmales y efectos tales como sonidos de campanas.
Si te gustan los grupos mencionados, este segundo álbum del año 2000 de Gloomy Grim te gustará, no es nada extraordinario pero atención a quienes gocen con este tipo de atmósferas cinematográficas.
1 comentario:
He estado oyendo y me ha gustado, me ha gustado lo de pelicula de serie b XD
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