jueves, 13 de mayo de 2010

ELFFOR - Unblessed Woods


Ya que mencionaba el proyecto Elffor en la anterior entrada, pues bien que se merece su propia reseña porque es uno de esos casos que evidencian la calidad de los grupos ibéricos.
Además, que sirva como recordatorio del buen disco que ha visto la luz este año, “Frostbitten Pain” (no podría ser más blacker el título), que podría haber escogido sin problemas de no ser por lo mucho que me atrae este otro trabajo del 2006.

Hay que reconocer el mérito del vasco Eöl, su único miembro, quien es conocido también por andar tras los teclados de Numen y Suffering Down, al componer semejantes cantos heréticos.
Comenzó su andadura como un proyecto de Ambient, que con el tiempo incorporó elementos del Black Metal al igual que hizo el proyecto húngaro Forest Silence. La diferencia es que Elffor sigue teniendo una dosis ambiental muy importante, donde los teclados son absolutos protagonistas sobre unas guitarras más bien básicas con sus infaltables blast-beats de batería.

Es frecuente compararlos con los grandiosos Summoning, dado el interés común de ambos grupos en crear impresionantes ambientes medievales con una base blacker, pero donde los austriacos dotan de leyenda y fantasía épica, Elffor se decanta más por la oscuridad de una época marcada por la teocracia, las enfermedades y las guerras. Así pues predominan las atmósferas oscuras pero con el sello épico muy impreso, y no faltan esas sonoridades y percusiones medievales tan propias de Summoning y compañía, y efectos como por ejemplo el arrastre de cadenas.
Se nota que es un gran teclista, con estas letanías que nos transportan directamente al reciente escenario de un saqueo a una abadía, o los oscuros secretos que fueron asfixiados para siempre en la pestilencia de las mazmorras.

La blasfemia vocal se expresa con una tosca rasgada, que en bastantes ocasiones adopta los gritos agónicos de Burzum, cosa que puede gustar o no según las preferencias, pero la intención era ésa: agonía. Y mención especial a los cantos de monjes del último tema, un toque de lujo.

Desde luego es mandatorio en repertorios épicos y ambientales junto a Summoning, Morgart, Helveto o L’ordre du temple, porque los horrores del Medievo nunca fueron tan delectantes.


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