Este año parece que no se quedará corto tampoco a la hora de brindarnos buenos discos de Doom Metal, así lo podemos comprobar con los nuevos trabajos de Ablaze in Hatred, My Dying Bride, Forest Stream,Tales of Dark, Lethian Dreams o Process of Guilt por citar unos cuantos, además de algún debut sorpresa como el de Wine From Tears, y agregaremos sin duda este nuevo álbum de Colosseum que ya pudimos degustar muy tempranamente.
Colosseum, para quien no los conozca (tienen un debut de 2007), son unos finlandeses que tocan Funeral Doom, del tipo que resulta más elaborado dentro de lo limitado de su estilo.
Con Shape of Despair conocí esa faceta del Funeral Doom que nos muestra sonidos más versátiles de lo acostumbrado en tan monótono y pesado estilo, y en estos últimos años hemos asistido de mano de bandas como Ahab, Remembrance, Pantheist o incluso lo último de Skepticism (pioneros y hasta ahora representantes del Funeral Doom más abismal) a una tendencia que crea un Funeral Doom más variado y digerible, y Colosseum forman parte de ello porque su propuesta es más accesible que la de otros grupos más desoladores y monolíticos.
Por tanto nos encontramos con un sentido de la melodía muy propio de otras bandas finesas como los mencionados Ablaze in Hatred o los populares Swallow the Sun, aunque enmarcado en un contexto Funeral que marca las distancias con el Doom Melódico y nos recuerda que estamos ante algo más asfixiante, con sus largas canciones llenas de ritmos ultra lentos, voces cavernosas y atmósferas angustiosas.
Después de todo, pese a esta versión más potable de su opresivo estilo, sí resultan algo monótonos como el resto de sus compañeros funerarios porque las canciones son bastante parecidas entre sí y apenas ofrecen algún momento de teclado que resalte especialmente.
Ya que menciono los teclados, están casi en todo momento en un plano ambiental fundiéndose con las dolientes guitarras, aunque en algún que otro momento nos regalan con las mejores melodías del disco, recordando lo preocupantemente reconfortante que resulta a veces lo más descarnado y atroz.
Otro punto a su favor, para mi gusto personal, es que opten por el clásico estilo gutural íntegro, sin ningún tipo de voces limpias melódicas que se podrían haber visto perfectamente tentados a utilizar. Y, para acabar, mención especial a las colaboraciones de músicos de sesión agregando un poco de violín, violonchelo, flauta y trompeta.
Es en definitiva uno de los mejores discos del año según un servidor, y te parecerá harto interesante si te gustan esos accesibles y estupendos grupos de Funeral que ido dejando caer.
Colosseum, para quien no los conozca (tienen un debut de 2007), son unos finlandeses que tocan Funeral Doom, del tipo que resulta más elaborado dentro de lo limitado de su estilo.
Con Shape of Despair conocí esa faceta del Funeral Doom que nos muestra sonidos más versátiles de lo acostumbrado en tan monótono y pesado estilo, y en estos últimos años hemos asistido de mano de bandas como Ahab, Remembrance, Pantheist o incluso lo último de Skepticism (pioneros y hasta ahora representantes del Funeral Doom más abismal) a una tendencia que crea un Funeral Doom más variado y digerible, y Colosseum forman parte de ello porque su propuesta es más accesible que la de otros grupos más desoladores y monolíticos.
Por tanto nos encontramos con un sentido de la melodía muy propio de otras bandas finesas como los mencionados Ablaze in Hatred o los populares Swallow the Sun, aunque enmarcado en un contexto Funeral que marca las distancias con el Doom Melódico y nos recuerda que estamos ante algo más asfixiante, con sus largas canciones llenas de ritmos ultra lentos, voces cavernosas y atmósferas angustiosas.
Después de todo, pese a esta versión más potable de su opresivo estilo, sí resultan algo monótonos como el resto de sus compañeros funerarios porque las canciones son bastante parecidas entre sí y apenas ofrecen algún momento de teclado que resalte especialmente.
Ya que menciono los teclados, están casi en todo momento en un plano ambiental fundiéndose con las dolientes guitarras, aunque en algún que otro momento nos regalan con las mejores melodías del disco, recordando lo preocupantemente reconfortante que resulta a veces lo más descarnado y atroz.
Otro punto a su favor, para mi gusto personal, es que opten por el clásico estilo gutural íntegro, sin ningún tipo de voces limpias melódicas que se podrían haber visto perfectamente tentados a utilizar. Y, para acabar, mención especial a las colaboraciones de músicos de sesión agregando un poco de violín, violonchelo, flauta y trompeta.
Es en definitiva uno de los mejores discos del año según un servidor, y te parecerá harto interesante si te gustan esos accesibles y estupendos grupos de Funeral que ido dejando caer.