Últimamente he nombrado bastante a esta banda polaca, y se merece una reseña de su mejor disco, porque por algo es una verdadera muestra de la gran calidad de la escena polaca que conocemos gracias a Behemoth o Profanum entre otros.
Su punto de partida es el Black Sinfónico, estilo que manejaban con soltura en sus dos primeros trabajos (muy relajado el debut y más agresivo el segundo disco), y el último disco que editaron con el nombre de “The mother and the enemy” supuso un giro tremendo al pasarse a un Avant-garde que no me atrevo a conocer al leer las nefastas críticas recibidas.
Este álbum, el tercero en su trayectoria, es un excelente intermedio entre esas dos sonoridades con un sonido aún muy enraizado en el Black Sinfónico que no se pasa de vanguardista, porque una cosa es sonar fresco y trabajado y otra bien distinta sonar bizarro.
El nivel de sus músicos no es nada despreciable, contando con un guitarrista y un bajista que provienen de la banda deathmetalera Decapitated, con unas agradables variaciones y cambios de ritmo dentro de las mismas canciones y muchos detalles para disfrutar sin prisas. La caña da paso a momentos más ambientales y de pronto nos encontramos con un sonido inesperado, así es como suenan porque no tienen miedo de incluir cosas como una guitarra española en un momento del primer tema, sonidos de reloj antiguo o un piano que parece de Jazz.
Pero tranquilos, que eso no es la tónica general, pues el conjunto suena bastante a Black Sinfónico (con algún aire a Death polaco) aunque de manera original y amena. Los teclados no son para menos a pesar de ser un tipo de disco en el que normalmente serían relleno, pues suenan bien grandiosos y en algunos momentos recuerdan a música clásica para mi regocijo.
Su punto de partida es el Black Sinfónico, estilo que manejaban con soltura en sus dos primeros trabajos (muy relajado el debut y más agresivo el segundo disco), y el último disco que editaron con el nombre de “The mother and the enemy” supuso un giro tremendo al pasarse a un Avant-garde que no me atrevo a conocer al leer las nefastas críticas recibidas.
Este álbum, el tercero en su trayectoria, es un excelente intermedio entre esas dos sonoridades con un sonido aún muy enraizado en el Black Sinfónico que no se pasa de vanguardista, porque una cosa es sonar fresco y trabajado y otra bien distinta sonar bizarro.
El nivel de sus músicos no es nada despreciable, contando con un guitarrista y un bajista que provienen de la banda deathmetalera Decapitated, con unas agradables variaciones y cambios de ritmo dentro de las mismas canciones y muchos detalles para disfrutar sin prisas. La caña da paso a momentos más ambientales y de pronto nos encontramos con un sonido inesperado, así es como suenan porque no tienen miedo de incluir cosas como una guitarra española en un momento del primer tema, sonidos de reloj antiguo o un piano que parece de Jazz.
Pero tranquilos, que eso no es la tónica general, pues el conjunto suena bastante a Black Sinfónico (con algún aire a Death polaco) aunque de manera original y amena. Los teclados no son para menos a pesar de ser un tipo de disco en el que normalmente serían relleno, pues suenan bien grandiosos y en algunos momentos recuerdan a música clásica para mi regocijo.
Ni el vocalista se queda atrás con respecto al nivel de sus compañeros, recuerdo que fue reconocido como mejor vocalista del año en su país o algo así. Personalmente me parece exagerado porque yo no lo veo como uno de los mejores vocalistas que he oído, pero sí es cierto que se desenvuelve bien combinando rabiosas voces rasgadas con guturales. Y en algunos momentos puntuales hay unas pocas voces femeninas que le dan un toque especial por si no fuera ya bastante.
Unos violines inesperados tras unos momentos de silencio dan fin a este álbum único y sumamente entretenido con una inspiración entre esotérica y filosófica. Ahora te queda a ti conocerlo.
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