Me complace decir que uno de mis discos favoritos de este año es español, un debut de una nueva banda resurgida tras las cenizas de otra que ya conocía yo de antemano.
Corría el año 2007 cuando los valencianos Y3K lanzaron su modesto pero resultón CD "Retribution", nombre que han reutilizado para el retorno dos de sus miembros originarios (vocalista y teclista) junto con una nueva formación y sustanciosas reformas y novedades.
Y3K era un grupo de Black Sinfónico, y así sigue siendo en su nueva piel como Retribution, pero con la deseable subida de nivel que ha aportado contar esta vez con un segundo guitarrista, voces femeninas y un enfoque más bombástico.
La estructura blacker se reduce a las reptilianas voces y algunos detalles guitarreros, una base que quedaría muy anodina si no fuera por servir de cimientos a la ampulosa arquitectura sinfónica. No es plato para todo el mundo, pero quien sea seguidor del estilo se encontrará con que hacía años que no surgía un debut sinfónico de estas dimensiones, quizás desde Carach Angren me atrevería a decir.
Así, con un concepto similar al grupo mencionado y la etapa de Dimmu Borgir durante "Spiritual Black Dimensions" y "Puritanical Euphoric Misanthropia", han desarrollado un gran debut lleno de ambientes cinematográficos y espectaculares con los teclados sinfónicos que recrean instrumentos de viento y campanas y el buen hacer vocal, dando más vida al alternar las voces blackers con una vocalista femenina muy lírica y coros en los que aparece ella junto a voces masculinas claras, haciendo de este trabajo una especie de ópera sanguinolenta llena de sexualidad serpentina.
Un banquete voluptuoso que agradará a quienes disfrutaron de aquel plato fuerte que fue el debut de los franceses Winterburst en el 2012.