miércoles, 23 de marzo de 2011

FANISK - Die And Become


Segundas oportunidades, como la que acabo de dar a esta banda por suerte. Hace tres años que probé su segundo álbum “Noontide” al ver hablar tan bien de él, llegando a comparar con actos de Black Sinfónico de la magnitud de Summoning y Limbonic Art. Le quedó grande la comparación en mi modesta opinión, y me olvidé de este dúo estadounidense hasta que se me ocurrió probar con temas de este debut del 2002 y ahora sí que me han gustado.
No me sigue pareciendo del todo adecuado ponerlo a la altura de los dos grupos citados, porque entre otras cosas ni se parecen entre ellos dos y sólo tienen en común el énfasis en los teclados de magníficas sinfonías.

Pero vaya si estos norteamericanos también se esmeran con los teclados, califican de “solar” su Black Metal y hasta podemos ver que es adecuado al comprobar que los teclados lucen con la majestuosidad del sol mientras que guitarras, baterías y voces abrasan con la ira ígnea del astro rey.
Fanisk es por lo visto una palabra antigua referida al fénix, otro referente envuelto en llamas, y así es con las guitarras con ese punto de distorsión que me recuerda un poco a las bandas de la Europa oriental, y la batería rápida y potente que tiene sus momentos más rebajados a favor de la calma más ambiental, porque es un disco bastante idóneo para amantes de lo ambiental al tener largas partes sin voces. Voces que, por cierto, resuenan con lejano desgarro agonizante y ese toque de eco de Limbonic Art, junto con alguna que otra voz narrada (casi musitada).
Y, volviendo a los teclados, las sinfonías están bien engarzadas sobre esa base de innegable Black Metal y suenan elegantes y atmosféricos, gustándome especialmente detalles como las campanas o cuando entran en escena los clavicordios que remiten al porte del águila real que llevan como portada en sus dos discos.

En resumen, no me parece tampoco de lo mejor del Black Sinfónico, pero en comparación con lo poco que me gustó el otro disco, es más que digno y gustará sobre todo a quien no se aburra por la abundancia de partes ambientales sin voces (yo mismo soy de los que prefiere que haya bastante voz).

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