domingo, 27 de septiembre de 2009

SATYRICON - Dark Medieval Times


Hoy vamos a recordar que hubo un tiempo en que Satyricon eran dioses del Black Metal, sin poder imaginar que algún día se convertirían en una burla de sí mismos. Y para ello nada mejor que este tremendo clásico, mi favorito personal es en realidad el épico “The Shadowthrone”, pero este debut de 1993 me gusta casi por igual y hay ocasiones en que incluso lo prefiero, porque ambos me parecen las joyas de estos noruegos.

En mi reseña de “The Shadowthrone” recuerdo que ya comenté que este debut bebe mucho de los emblemáticos Darkthrone, y no es para menos con ese sublime “A blaze in the northern sky” que se sacaron de la manga tras sus inicios deathmetaleros. De este modo, las guitarras son como hojas afiladas que nos infectan sin que opongamos resistencia, y las macabras voces de Satyr también nos remiten a la ronca y mortuoria voz de Darkthrone, pero supieron hacer que este “Dark Medieval Times” tuviese personalidad propia mediante unos toques distintivos sin necesidad de experimentaciones absurdas.
Se suele citar que este álbum fue uno de los primeros en incorporar sonidos medievales, en forma de recurrentes toques acústicos, teclados oscuros e incluso la flauta que aparece en la canción homónima.
Sobre los teclados, son pocos y muy bien distribuidos, aparecen justo cuando mejor pueden resaltar el ambiente ancestral de las canciones, y con su sencillez sin pretensiones bombásticas logran uno de los trabajos de teclados más efectivos que se pueden escuchar en discos de este tipo.
Ejemplos de ello son la sobrecogedora intro de la canción que abre el disco, oscura como pocas, o los tenebrosos teclados de “The dark castle in the deep forest”, y mejor paro de citar canciones porque todas tienen su toque especial.
Y qué mejor manera de envolver este producto que con una producción turbia pero no floja, que provee el sonido añejo necesario en una obra así.

Esta atmósfera evocadora de oscuros tiempos del Medievo está plasmada también en el concepto del disco, que está impreso en un tipo de letra que cuesta horrores poder descifrar, aunque lo suficiente como para poder leer que está basado en la Edad Media, el dominio de los vikingos sobre las tierras del norte y la llegada de la peste en 1349. Supongo que más de uno se pregunta por las letras, que no aparecen por la red, y por si alguien me lo pregunta siento decir que no están tampoco publicadas en el libreto, es un misterio que se ha guardado para sí mismo el señor Satyr.
Para el segundo disco esto se refinó un poco más, de manera más épica y vikinga, pero lo que nos brinda este debut es pura oscuridad blacker de los 90, maravillosa e irrepetible, una lástima viendo las pintas que lucen actualmente Satyr y Frost en contraposición a la estética blacker (también ridícula, claro, pero la prefiero) con la que van ataviados en la contraportada.

Siempre hay gente que está comenzando a escuchar grupos, así que esta entrada va por ellos para que escuchen una de las obras maestras del Black Metal, y los demás disfrutaremos recordándolo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

LOVE LIES BLEEDING - Behold My Vain Sacrifice


Vuelvo a subir un disco de una de mis bandas francesas favoritas (hace ya tiempo que puse su segundo álbum), en vista de lo diferente que es este debut con respecto a sus discos posteriores. De hecho tienen etapas bien diferenciadas, y en la actualidad la electrónica tiene tanta presencia en su sonido que ya no me interesan demasiado; por ello me quedo con su segundo disco de 2001 y el tercero del año posterior, donde mostraban un Black Sinfónico con soplos góticos y muy imbuido de filosofía.

Con este debut de 2000 pasa más o menos al revés, que parece Gothic Metal con influencia del Black Sinfónico. Se lo suele considerar como Doom-Gothic incluso, pero sin olvidarnos de los toques blackers, principalmente en los momentos más rápidos (pocos en un disco bastante lento y atmosférico) y la voz raspada.
Me gustaría recordar que algunos de sus miembros militaron en el ya difunto grupo Epic, un Black Sinfónico con aires de literatura de caballerías, pero en Love Lies Bleeding se suprimen esas pinceladas medievales en pos de un ambiente más romántico y poético, lo que se traduce en ingentes cantidades de coros y teclados.
Porque resulta que entre sus influencias musicales cuentan, además de otras bandas de Metal, con grandes compositores como Brahms, notándose especialmente en esos preciosos pianos que dotan a este disco de una atmósfera distinta a la de los grupos escandinavos, junto con los clavicordios, simulaciones de oboe y flauta, órganos y demás tipos de teclados que nos brinda su teclista y compositor Adrastis Korgan.

Es un disco especialmente lento como decía, con canciones cortas en cantidad pero muy largas en duración, pues la duración media de sus cuatro canciones ronda entre los diez y quince minutos, a lo que sumamos una outro muy similar para mí a la intro del álbum de Epic.
Sólo a veces aceleran lo suficiente como para pensar en Black Metal, estilo recordado con más frecuencia por la voz rasgada (no chillona) que tiene un gran acompañamiento de coro femenino, ese tipo de voz femenina que encontrábamos en el “Delictum” de Siebenbürgen.

Con el tiempo me ha gustado cada vez más esta faceta tan lírica de una banda que para su segundo disco “S.I.N.” se tornó más rápida y agresiva, pero igualmente sinfónica y decadente a la francesa. Recomendado para amantes de cosas tan aparentemente dispares como Epic, Tristania, Fallen Sentinel, Siebenbürgen, Vampiria o los primeros Ancient Ceremony.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

DRUDKH - Autumn Aurora


¿Qué mejor manera de conmemorar la entrada oficial del otoño? Pues con un disco que lo lleva en el título, en la portada y en todo su sonido, por supuesto.
Estos discretos ucranianos, que jamás conceden entrevistas (ojalá lo hiciesen también algunos bocazas), son todo un ejemplo de que el Black Metal no está muerto como muchos claman. Cierto es que ya no son lo mismo la grandes bandas noruegas de antaño y nunca volverán a editar discos a la manera que tanto nos gustaría, pero en tiempos recientes también surgen grandes formaciones que podemos considerar como clásicos modernos, y para muestra esta banda que debutó en esta última década.

Podría haber escogido su “Blood in our Wells” de 2006, gran álbum sin duda, pero no puedo evitar inclinarme por el disco con el que los conocí, su segundo trabajo de 2004 que me parece siempre una buenísima opción para comenzar con Drudkh.
Para quien aún no los conozca, parten del sonido de Burzum pero yendo más allá, aportando su toque distintivo y haciendo que un sencillo Black Metal atmosférico tenga una profundidad impresionante.
Lo que más me gusta es que incorporaron por primera vez teclados, unos sintetizadores ambientales que se funden con las densas guitarras para crear el cromatismo del follaje otoñal y el olor a lluvia reciente de los senderos de los bosques de la Europa del este. Hablando de guitarras, pueden estar tranquilos los que no toleren las guitarras demasiado zumbantes y chirriantes, porque aquí no es así, al igual que las voces rudas y muy distribuidas no tienen que ver con los gritos agónicos de Burzum (por suerte).

Hay algún lucimiento con la guitarra, pero la tónica general son los largos y lentos pasajes instrumentales con reconfortantes teclados y acústicas junto a las hechizantes guitarras, e incluso en el tema “Sunwheel” disfrutamos de un tono más Folk.
Encaja entonces del todo con su inspiración lírica sobre naturaleza, mitología y poesía eslava, aunque también hay que decir que nunca han mostrado las letras de algunos discos (como éste precisamente).

Son ya tan reconocidos que casi no hace falta recomendarlos, pero tampoco está de más aprovechar la ocasión para recalcar lo adecuada que es esta banda para seguidores cercanos de Wolves In The Throne Room, Negura Bunget, Fen, Ulver y demás paseos por sendas alfombradas de cobriza hojarasca.



lunes, 21 de septiembre de 2009

ATANATOS - The Oath Of Revenge


Con esta atractiva portada nos presentaron en 1998 su debut los germanos Atanatos, una portada que claramente nos habla de la naturaleza épica de la música que contiene el CD.
Tal vez la música no sea tan fantástica como su portada, pero me está amenizando la tarde y por ello me gustaría compartirlo.

Una forma rápida de definir su sonido sería Black-Thrash épico. No me gusta personalmente el Thrash Metal, pero en este caso he de decir que me gusta el tono de las guitarras, potentes y cortantes, y a veces incluso reminiscentes del Black Metal de Darkthrone (pero es sólo un leve regusto).
Además, tienen un buen toque de teclados sinfónicos, no muy prominentes pero tampoco escasos para nada, por lo que ese Black épico con melodía, teclados y toque thrasher me recordó bastante al disco “At the gates of Utopia” de los italianos Stormlord, aunque con guitarras más crujientes.
Se mueven entre ritmos rápidos y medios tiempos, y eso unido al sonido de los teclados nos recuerda también a otros grupos alemanes como Aeba o Cryptic Wintermoon, cuyos fans se pueden ver complacidos entonces con este álbum.

Lo que me provocaba más desconfianza de la etiqueta Black-Thrash era la posibilidad de encontrarme con una voz que no fuese lo bastante blacker, pero para nada, porque por fortuna la voz raspada es más que decente y tampoco es una de esas voces que quieren destacar demasiado por encima de la música, y además añade guturales y algunas voces narradas propias de una banda épica como ésta.
Así que, por tanto, el vocalista es más que aceptable al igual que el guitarrista y la teclista femenina, y juntos nos brindan un disco que puede cumplir con su propósito de entretener aunque no sea ninguna joya oculta.

Sin más, un disco más para pasar el rato como otros tantos del sello Last Episode, como por ejemplo Cryptic Carnage, el debut de Black Messiah o Penetralia, todos ellos con buenos toques pero sin ser increíbles.

sábado, 19 de septiembre de 2009

CATAMENIA - Halls Of Frozen North


Esto apetece mucho en estos días de descenso de las temperaturas, y además ya era hora tras haber puesto un grupo similar y menos conocido como es Black Swan, y tras haberlos citado en reseñas de grupos como Faerghail y Vordven.
De estos finlandeses me interesa especialmente el Black Melódico de sus tres primeros discos, de los que éste es el debut de 1998, y lo posterior ha ido derivando en material que cada vez me interesa menos por gustos personales.

Son el vivo ejemplo de cómo un grupo suele ofrecer lo mismo más o menos disco tras disco, incluso repitiendo el tipo de portada con lobos y nieve, aunque no me parece malo porque siempre será peor que un grupo experimente y ofrezca algo espantosamente distinto a lo que te atraía de su sonido.
En todo caso, este disco en su momento era bastante original, con una forma de usar los teclados inusitada por entonces, unos teclados que se acoplan con las guitarras para crear melodías boreales que nos regalan la fantasía con tardes de enero en el lejano norte salpicado de coníferas en medio de una infinidad nevada.

Pasando a su aspecto como banda de Black Metal, resulta que recaen mucho en la misma fórmula canción tras canción, pues todo el disco consiste en temas cortos a medio tiempo, con una duración media de tres minutos y medio por canción. El resultado es un disco de trece canciones y una outro, casi nada, con la consecuencia de una tremenda irregularidad que nos brinda temas excelentes como “Dreams of winterland” y sus teclados que sugieren realmente el título, o la homónima del álbum con sus nórdicos pianos, por poner sólo un par de ejemplos, juntos a otros tantos temas más insípidos y que no echaríamos de menos.
Esta linealidad queda también patente en la voz, que todo el tiempo es igual, una desgarrada voz muy al estilo de otras tantas bandas de Finlandia.

También me gustaría comentar el agradable uso de acústicas de ciertas canciones, y que las guitarras no son ni crudas ni excesivamente melódicas como para no poder hablar de Black Metal, aunque en todo caso esto es un producto más destinado a los amantes de la melodía que del Black más tradicional.
Lo recomiendo por si alguien conoce otros discos y aún le falta por escuchar su debut. Y, ya que es una banda tan conocida, pues aprovecho para recomendar de nuevo a Black Swan, Faerghail y Vordven.

jueves, 17 de septiembre de 2009

THYRANE - Symphonies Of Infernality


Y como contrapunto a la profunda melancolía de la entrada anterior, ahora toca algo más enérgico y con vigorizantes efectos.
Thyrane es una ya desaparecida banda de Finlandia que debutó con este álbum de 1999 tras su demo “Black Harmony” de 1998, que mostraba cierta influencia de los dioses Emperor. Ésa es la parte que más me interesa de su trayectoria, ya que luego editaron un disco que no me llamó la atención para acabar después inclinándose por la electrónica, pero eso ya es cuestión de los gustos de cada uno.

Nos queda más o menos claro el estilo al ver el tipo de portada, con ese dibujo de Gustave Doré de las ilustraciones del “Paraíso perdido” de Milton (cosa que ya hicieron Emperor con “Anthems to the welkin at dusk”), información que nos completa el título del CD, siendo entonces un Black Metal pretendidamente infernal.
Y así es, tocaban un Black Metal bastante potente con teclados sinfónicos de fondo. No falta quienes comparan con Dimmu Borgir, como siempre que un grupo toca con teclados, pero la verdad es que no tienen esos teclados tan dominantes del grupo noruego, y yo más bien diría que se parecen a otras bandas finesas como Alghazanth o Autumn Verses.

Tras su intro nos sueltan encima las tres canciones en las que más se lucen los teclados, aunque después comprobamos que en realidad los teclados tienen un papel más secundario en los demás temas. De todos modos nunca restan protagonismo a los otros instrumentos, estando más o menos equilibrados, con guitarras contundentes y baterías rápidas y aplastantes, les gusta mucho la caña con sentido (que está contrapuesta a la caña porque sí).
Precisamente los temas donde los teclados juegan un papel más destacado son las que me parecen las mejores, para muestra ahí están “Satanist” y “Black atmospheric madness”, las joyas del disco con sus sinfonías desenfrenadas y apabullantes. Y no está de más aclarar que no recurren a pianos ni similares como otras bandas del estilo, sólo unos pocos órganos sencillos en un tema, ya que la atmósfera que quieren transmitir es supuestamente diabólica (no hay más que ver los típicos y ridículos títulos de canciones); en todo caso se puede decir que lo consiguen.
Otra canción que podemos destacar entre las otras más pasables es “Crimson halls of blood” con su parte acústica. Y lo único que me queda por comentar son las voces, que en este CD consisten simplemente en unas rasgadas bastante embrutecidas que no varían casi nada, a tono con lo tajante del disco.

Concluyendo, un CD para quienes buscan entretenimiento sin pretensiones, y con buena producción que no echará atrás a los que no son capaces de saborear lo underground. Y claro que gustará a fans de cosas como Dimmu Borgir y Old Man’s Child a pesar de que no sean exactamente lo mismo, eso es casi obvio.



miércoles, 16 de septiembre de 2009

MOURNING BELOVETH - The Sullen Sulcus


Las primeras lluvias otoñales, que en mi tierra están suponiendo tardes y mañanas en las que la cortina de agua es incesante, piden una entrada doomster en toda regla.
Y qué mejor que un excelente Doom-Death británico de toda la vida, desde la húmeda Irlanda, tierra que además de su maravillosa música Folk nos regala una de las mejores bandas que rememoran el sonido Doom de los 90.

Los conocí con du debut “Dust”, que me gustó sin más que contar, al igual que su reciente “A disease for the ages”, pero con este segundo álbum de 2002 lanzaron una gran obra de riffs plomizos y melodías hastiadas.
Es muy curioso el concepto del disco, inspirado en cómo las personas nos torturamos con nuestros pensamientos, reflejado en la portada y el artwork del CD con ilustraciones de cerebros y siempre con fondos rojos. Así es como a ello le ponen como banda sonora un Doom-Death que parte claramente del sonido antiguo de My Dying Bride (sobre todo) o Anathema, pero sin copiar claramente y con su toque personal.
Las guitarras duras, lentas y maravillosamente reminiscentes de My Dying Bride se entrelazan con partes más melódicas, pero tan cautivadoras como las más pesadas, teniendo así una cohesión bien lograda, y sin echar mano en ningún momento de teclados atmosféricos (aunque algunas partes de sintetizador no habrían quedado nada mal). En cambio, lo que sí emplean son unas pocas pinceladas acústicas.
La voz es sobre todo gutural, como en todo Doom-Death que se precie, pero sin llegar tampoco a ser tan cavernaria como la del Funeral Doom, claro. Lo que no me acaba de gustar es la esporádica aparición de coros de voz limpia melódica, pero de todos modos esto es una apreciación demasiado personal, y comprendo que en realidad forma parte de ese entramado de contrastes conformado por las guitarras.

Todas las canciones muestran un buen nivel, pero me gustaría destacar el que para mí es uno de los mejores temas del estilo que se pueden escuchar, “Narcissistic Funeral”, que sobresale entre las demás canciones del mismo modo en que el álbum para mí destaca en su discografía.
Por lo demás, es obvio que este disco debe ser escuchado sin falta por todo amante del buen Doom-Death, porque el que encontramos aquí es del bueno.



sábado, 12 de septiembre de 2009

AD INFERNA - L'empire Des Sens


Procedamos de nuevo a recuperar un disco que en su momento me gustaba mucho, que aún me da cancha para pasar buenos ratos pese a que su fórmula está muy trillada.
Estos franceses representan la inquietud de quienes cambian de estilo, o más bien de quienes se acoplan a lo que está de actualidad en el momento, como ahora veremos.

Nacieron de las cenizas de De Profundis, que en 1998 editaron un CD en donde se daban la mano el Gothic, el Doom y el Black de manera muy atmosférica y sinfónica, para continuar en 2002 como Ad Inferna con otra manera de explotar el sinfonismo.
Sabéis que suelo evitar a toda costa esas comparaciones ridículas de “suena como Dimmu Borgir y Cradle of Filth” que vemos hasta en la sopa, casi siempre que alguien habla de un grupo de Black Sinfónico sin conocer mucho que digamos del estilo, y encima teniendo en cuenta que es que esos dos grupos no se parecen apenas entre ellos. Pero en este caso concreto tengo que decir que sí que hay trazas de ambos grupos.
Parten en principio del sonido de “Spiritual Black Dimensions” de Dimmu Borgir, con esos teclados orquestales tan característicos del por aquel entonces teclista debutante Mustis, y sus reconocibles pasajes de piano. Pero, ya que cito los pianos, algunos tienen más bien el toque elegante y casi romántico de unos Cradle of Filth, junto con toques como partes de sutil voz femenina y unas letras más cercanas a los conceptos de la banda británica que de los noruegos, por lo que un disco como “Midian” puede venirnos también a la cabeza.

Dejando ya de lado esas comparaciones tan manidas, también podemos decir que la música en general se aproxima mucho a lo que encontramos en discos como “Grimoires” de Tyrant sobre todo, y también “Infernal Satanic Verses” de Mystic Circle o “Revelation 666” de Old Man’s Child.
Todo eso quiere decir que es un Black Sinfónico con muy poco de Black Metal en realidad, con voces rasgadas no chillonas y un pomposo despliegue de teclados. Precisamente la voz me gusta mucho más que las de esos tres grupos citados, y que la de Dimmu Borgir también, pues su vocalista no es otro que el mismo que encontramos en el primer disco de Seth, poseedor de una excelente voz rasgada que no fastidia los instrumentos; además posee el aliciente de cantar tanto en inglés como en francés (y hasta hay un tema en alemán), por lo que no sólo Anorexia Nervosa son franceses tan políglotas en sus canciones.

No hay mucho más que contar en un esquema tan conocido y predecible, sólo la curiosidad de su cover con letras de “Baldurs Tod” de Falkenbach.
Por lo demás, perfectamente recomendable para quienes gusten de todos los discos que he ido nombrando, además de otras cosas como “Altered Flesh” de LatroDectus, porque sin duda este bombástico álbum tiene su trabajo (y qué pena que actualmente se hayan pasado a la electrónica).


jueves, 10 de septiembre de 2009

VENEFICUM - Enigma Prognosis


Antes de comenzar, no se debe confundir este grupo estadounidense con los canadienses Veneficium, con los que además comparten el estilo sinfónico (aunque no de forma muy similar que digamos).

Estos Veneficum, que en 2001 lanzaron el EP “Dysphoria” y este debut (y único CD completo hasta la fecha) en 2003, son el típico grupo de Estados Unidos que tocan Black Sinfónico a lo europeo con bastantes años de retraso, igual que ocurría con Somnus, algo calificado como desfasado por los que no son realmente seguidores de un estilo y dejan de oír algo cuando pasa su momento.
Mi primera impresión cuando escuché este disco hace años fue que la influencia de Limbonic Art y Emperor aún sigue resonando por el mundo, no hay más que ver el tipo de portada y el concepto estelar y espiritual de muchas de las canciones, lo que hace pensar por ejemplo en Sirius, esa banda portuguesa que se parecía a ambos grupos noruegos pero sin imitar claramente a ninguno, con un estilo más sinfónico que el de Emperor y menos cañero.
Así son en efecto Veneficum, ni muy rápidos pero no lentos desde luego, con voces rasgadas que no varían mucho (alguna gutural hay) y por supuesto con toda esa cobertura de astrales teclados. De hecho, tienen el mismo tipo de atmósfera que encontramos en otros grupos estadounidenses como Vesperian Sorrow, Mysteriarch o Inquinok, grupos que no importa si no los conocéis porque ya os digo yo que tienen en común unos teclados que recuerdan a películas de fantasía de otros mundos o de ciencia ficción, con el añadido de Veneficum de pinceladas de pianos a lo escandinavo.

Una pega del CD es que es víctima de los altibajos de la irregularidad, con unas canciones muy buenas junto a otras no tanto. Algunas es que no pueden rivalizar con los aires de misteriosa ciencia ficción de temas como “Existential stellar pallete”, o con la perturbadora “A new consciousness”, la nota discordante del disco por su lentitud y la dominante presencia del piano.

La originalidad es nula como veis, ni tampoco es de lo mejor en su estilo (cosa para la que no se necesita originalidad en realidad, se sobrevalora para mí), pero sí que es bastante entretenido y a mí me siguen gustando mucho esas canciones escogidas del CD. Y desde luego te va a agradar si te gustan Sirius y ese tipo de grupos estadounidenses como Inquinok, Vesperian Sorrow y Mysteriarch.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

DARKFLIGHT - Under The Shadow Of Fear


Poco jugo he sido capaz de encontrarle a Bulgaria, debo buscar un poco más porque solamente Sabrax y Amor E Morte han conseguido llegar a estar entre mis favoritos frente a un puñado de bandas búlgaras que me parecen buenas pero no llegan a entusiasmarme.
Esto en cambio no me pasa con Darkflight, el primer grupo búlgaro que conocí hace unos cinco años y que sigue haciéndome disfrutar de lo lindo aunque no los ponga a la altura de Amor E Morte y Sabrax (pero cerca le andan).

Echemos primero un vistazo a su portada, el cuadro “El monte de los inmortales” de Christophe Vacher, y observad el saliente rocoso nevado de la derecha, donde se ve un minúscula figura humana que nos sirve para hacernos a la idea de las dimensiones tan colosales del paraje con su cielo tormentoso.
Esta sensación de inmensa soledad es la que plasman musicalmente con su peculiar fórmula que recuerda tanto al Doom más envolvente como al Black Metal más ambiental y atmosférico, porque realmente no se me ocurriría etiquetar este álbum de 2002 bajo ninguno de los dos estilos en concreto.

Lo primero que nos recibe al empezar a escuchar el CD es la densísima bruma de teclados que nos acompañará a lo largo de toda su duración, como las densas nubes tormentosas de la portada envolviendo unas guitarras finas pero con bastante distorsión, y siempre con ritmos lentos.
Ya veis que la atmósfera prima sobre las guitarras, y es que incluso las voces son bastante discretas, unas rasgadas un poco distintas de las típicas del Black Metal por su tono medio susurrado. Tampoco la inclusión de sugerentes voces femeninas y guitarras acústicas intenta resaltar por encima en un disco dominado por los teclados, que adoptan en muchos temas un aire épico con simulaciones de trompetas marciales y demás instrumentos de viento, como se puede comprobar sobre todo en la genial “A call for the dragons”.
Así, el disco alterna entre lo angustiosamente solitario y lo oscuramente medieval, avanzando como una negra masa nubosa que amenaza con descargar su contenido sobre un inhóspito desfiladero.

Su “Perfectly calm” del pasado 2008 era una continuación que esperaba con muchas ganas, aunque el resultado no fue el mismo que con este gran debut. Y avisados quedan los que no les pillan la gracia a los grupos con guitarras bastante secundarias como consecuencia de un mayor manto de teclados, pero sí hará disfrutar a fans de cosas como Fear of Eternity, los primeros Bishop of Hexen o incluso Summoning.

martes, 8 de septiembre de 2009

SWALLOW THE SUN - Ghosts Of Loss


Esta joven banda de Finlandia se ha convertido en una de las más exitosas de esta década desde que debutó en 2003 con el álbum que da nombre a la dirección del blog. A día de hoy son muy conocidos por todo fan del Doom Metal que se precie (y que no viva aislado en una caverna) y su popularidad se ve reflejada en la aparición de nuevos grupos que se inspiran en su sonido. Por tanto debe aparecer sin falta en este blog mi álbum favorito de los tres que llevan editados (de momento, porque este año dan a conocer al mundo su nueva obra).

Han sabido coger con mucho tiento lo bueno de otros grupos consagrados, desde el romántico Doom-Death británico hasta la confortable apatía de Katatonia, para dar forma a su propuesta de Doom-Death especialmente melódico, capaz de acariciarte con íntimas melodías del mismo modo que te envuelve en cruda desolación.
Su primer disco, al igual que otros tantos debuts, era algo más duro que lo que hicieron en este segundo álbum de 2005 y el posterior “Hope” de 2007, pero ya mostraban esa manera de hacer un Doom Melódico muy accesible y apto para un público algo más amplio que el del Doom-Death de toda la vida; era un debut bastante homogéneo, pero para este segundo disco pensaron en más variedad entre las distintas canciones, de manera que tenemos temas pesados y contundentes como “Descending winters” y “Psychopath’s lair”, la siniestra atmósfera de “Gloom, beauty and despair”, la tristísima delicadeza de “Forgive her” o la suave frialdad de “The giant”.

Y es que saben como nadie crear todos esos contrastes, con esas guitarras que sirven tanto para regalarnos los oídos con bellas melodías o repartir riffs más duros, siempre con el brillante acompañamiento de los teclados que nos transmiten esas emociones generadas por la pérdida desde la resignación hasta el profundo y emponzoñado odio. Y no sólo gracias al buen hacer de los instrumentos, porque su vocalista es maravilloso, con capacidad para delicadas voces limpias y unas oscuras guturales a la altura de maestros de la guturalidad osuna como lo son los vocalistas de Tristania (en sus viejos tiempos), Opeth o Saturnus, además de algunas desesperadas voces rasgadas reminiscentes del pasado Black Metal del cantante (prodece de la banda blacker Funeris Nocturnum, al igual que el teclista). También hay unas pocas voces femeninas en dos canciones, como elemento ambiental de fondo perfectamente acoplado al papel de los teclados.

No es nada extraño que surjan grupos de calidad que les emulen como Ablaze in Hatred por ejemplo, porque su sonido está pegando fuerte en estos años y pueden demostrarnos lo que aún son capaces de hacer con su próximo “New Moon” en los próximos meses. Siempre puede haber quien esté empezando a conocer grupos, y no debe dejar pasar la oportunidad de escuchar esta obra maestra.

lunes, 7 de septiembre de 2009

ANCIENT WISDOM - ...And The Physical Shape Of Light Bled


Llevaba tiempo queriendo poner algo de esta banda sueca liderada por Marcus E. Norman, conocido por también por tocar la guitarra en Naglfar (y él se trajo a músicos de Naglfar para pequeñas colaboraciones). Han pasado bastantes años desde que me recomendaron este álbum del año 2000 (el tercero en su discografía) como algo similar a Opera IX, aunque ahora veremos que esa comparación no es muy exacta del todo.

Partiré del hecho de que esta banda nos muestra que en Suecia no está todo cortado por el patrón de Marduk, Dark Funeral y compañía, habiendo lugar para otro tipo de propuestas que en muchos casos son incluso muy atmosféricas y hasta sinfónicas.
El mes pasado estuve recuperando su debut de 1996 “For snow covered the northland”, un buen disco acorde con su preciosa portada de un paisaje de coníferas nevado, que presentaba un Black Metal alejado de la bestialidad y velocidad de los grupos que típicamente asocia la gente con Suecia, siendo más bien algo pausado y bastante atmosférico con notables ecos de Burzum (incluso en la voz).

Pues bien, en este su tercer disco se comprueba mayor madurez compositiva con unas canciones más elaboradas pero sin perder su sonido característico, porque el hecho de tener guitarras más trabajadas no arrebata el tono ambiental que siempre tuvo Ancient Wisdom. Los temas, por tanto, siguen siendo abundantes en medios tiempos y hay largos pasajes instrumentales sin voces; el tema vocal, por cierto, se aparta afortunadamente de la influencia de Burzum del primer disco, y consiste en unas voces rudas y discretas de acuerdo con la política de austeridad vocal del álbum.
Lo que, para mi gusto personal, es toda una mejora con respecto a sus anteriores trabajos, es el más generoso uso de teclados, que en este álbum suelen aparecer bajo la forma de unos excelentes pianos que además nos brindan los mejores interludios de las canciones. No son los pegadizos pianos de sus compatriotas Embraced, ni mucho menos los típicos de los grupos sinfónicos noruegos, se trata de algo más sobrio y al mismo tiempo brillante. De hecho, es uno de los discos que yo suelo citar cuando alguien me pregunta por un grupo o CD que tenga buenos pianos.

Me parece por tanto un álbum ideal para cuando apetece una sesión de relajada atmósfera con bellos pianos que casi es como escuchar un relato, y por supuesto que puede gustar a fans de Opera IX además de otras cosas como los polacos Lux Occulta y Daemonicium.




http://rapidshare.com/files/121734420/Ancient_Wisdom_2000__...And_The_Physical_Shape_Of_Light_Bled______S3RP4S_.rar

viernes, 4 de septiembre de 2009

SVARTAHRID - Forthcoming Storm


La escena sinfónica noruega de los 90 aún tiene material que ofrecer para el blog, como por ejemplo este álbum de 1999 con épica portada que fue el primero y el último de esta banda en ofrecer Black Sinfónico, pues sus posteriores discos de paganas portadas no contaron con teclados.
Por cierto, ya que nombro la fantástica portada, ésta es parte de la pintura "La batalla de Stamford Bridge" de Peter Nicolai Arbo, el mismo artista responsable del cuadro que vemos en "Blood Fire Death" de Bathory.

No pocos echan mano de los primeros Dimmu Borgir para describir su sonido, y no andan desencaminados si tenemos en cuenta esas características líneas de piano, y además podemos añadir por ejemplo el “Malice” de Gehenna para acabar de hacernos una idea. Esto significa que es un disco de producción añeja, guitarras crudas pero no muy tajantes, ritmos que no recaen en blast-beats y buena cobertura de teclados.

Un rasgo distintivo, y que encima es un pequeño fallo para algunos (como yo), es la producción con los instrumentos un poco bajos mientras que la voz desgarradora suena bastante alta y por encima.
Otro inconveniente es su irregularidad, porque en un CD de 41 minutos con diez canciones sin ningún relleno instrumental da lugar a tener que escuchar algunas canciones un poco aburridas junto con otras más brillantes; de hecho, tras un tema inicial increíble y una segunda canción más que decente (con buenas partes de piano) viene una sesión de canciones que quedan bastantes deslucidas en comparación.
Pero dejemos de pensar en lo negativo del CD, que en realidad es bien poco, y recordaré lo bien que están temas como el inicial que he citado, con su intro de órgano, acústicas y pianos de fondo, “Gods of war” con sus campanas y otros cuyos títulos no recuerdo que a veces recuerdan un poco por sus teclados de aire triunfal al debut de And Oceans.

Estaréis comprobando que no tiene que ver que la imagen de Viking Metal que en principio podrían transmitir con ese logo y la portada, incluso uno de sus miembros hizo una típica idiotez blacker como es entrar a un crematorio y robar una cabeza (ganando una pena de dos años). Los que no sean muy fans del Black Sinfónico no encontrarán nada destacable, pero los que sí lo sean en cambio tendrán una nueva pieza para sus colecciones, que no está a la altura de unos Obtained Enslavement o Limbonic Art por ejemplo, pero sí que es más que decente como por ejemplo Ringnevond o Perished.